miércoles, 9 de abril de 2008

El viaje de Gabriela Tavolara


Abducted

El título del texto se explica con el gesto de tomar con fuerza algo de abajo hacia arriba, el efecto aspiradora (desde la tierra al cielo –de lo que pisamos a lo que imaginamos). Está en esto su sinónimo kidnap (raptar), y se le suma la idea de sacar algo de su lugar propio violentamente para llevarlo a otro, ajeno, extranjero. En un principio se siente el peligro, de la exposición –las marcas en el cuerpo: distintivas, punzantes–, de la incomodidad de no saber ser otro.
Esos efectos son, parte del ritual, como nosotros, pasajeros. Despertamos. El hurto se convierte en viaje, disfrutamos la impunidad de la llegada a algún lugar para conquistar, en fiesta.

Un viaje musical, donde las palabras son arrancadas de raíz –explotan las costuras: las letras se escapan–, y permiten escuchar esa lengua que desde la partida nos canta al oído.

***


"[I know, you love the song but not the singer]
hablar de las parejas como muertos
[I know, you've got me wrapped around your finger]
estamos anonadados
[I know, you want the sin without the sinner]
anudados con frío
[I know, I know]
yo ahora, yo sé
[I know, you cut me loose from contradiction]
y si me tocás con un dedo te mato
[been thinking about you]
a mordiscones
[eres para mi]
porque me pescás
[I still see you in bed]
desnudado
desnudada
[eres lo más bello de este mundo eso… eres]
una canción
[good bye my lover]
mi amianto
[labios compartidos, divididos, mi amor]
dos
canciones
cantar tanto
[and there’s no rest]
cambiémoslo por labios combatidos
azules
[should I still love you?]
morder el cerebro con la voz
[your records are here]
del compacto
queme
cuenta
[sucker love, a box I choose]
dedos
[no other box I choose to use]
con
[another love I would abuse]
vos
[no circumstances could excuse]
que te palpan
atenta
[every me, every you]
música en mis oídos todo el tiempo..."

lunes, 7 de abril de 2008

El viaje de Juan Terranova


Mi primer libro se llamaba Notas de un viaje a Italia y era un libro muy tímido y un poco ingenuo, pero con algunos momentos narrativos interesantes, muy pocos en realidad. Me hubiera gustado que tuviera el grosor de mis anécdotas personales sobre el viaje pero yo era demasiado joven y escribir es, todo deberíamos recordarlo siempre, demasiado difícil.

Para hoy había pensando traer un texto titulado “Viaje en tractor al centro del antiperonismo argentino” o también “Las cacerolas golpeadas por la imbecilidad porteña cocinan pucheros amargos” o mejor aún “Periodista, periodista, ¿qué carajo estás haciendo, periodista, con tu vida?” pero al final me decidí y traje una historia muy breve sobre un viaje muy largo.

***

"3. Hace unos años, nos encontramos a comer un asado con mis antiguos compañeros del colegio. Fue en una casa del Bajo Flores. Cuando el asado terminó eran las tres y media de la mañana y a mí me tocó llevar a un pibe que se llamaba Dardo. Sí, Dardo. Un nombre raro. Como si alguien se llamara 'flecha' o 'lanza'. Dardo me contó que había estado de novio con una chica que había ganado un concurso de Colas Reef. ¿Conocen esos concursos? Me narró con detalles que iba a su casa cuando estaba sola, porque todavía vivía con sus padres, y veían juntos un video que decía 'Concurso Super Cola Reef 2004 Mar del Plata, Argentina – Este verano te va a romper la cabeza'. Me acuerdo que yo le pregunté si todo eso entraba en el lomo de un VHS. Y él me dijo 'Sí, entra, entra, si lo escribís con prolijidad, entra'. Y me repitió: 'Concurso Super Cola Reef 2004 Mar del Plata, Argentina – Este verano te va a romper la cabeza'..."

El viaje de Paula Oyarzábal





El pueblo de Otro planeta
se llama Salsipuedes
diseñado especialmente
para envejecer
leer
escribir
y llorar en paz

pensé en mi madre
ese horrible pensamiento que siempre tengo
¿ella me amó? Me peina y me enseña
a ser coqueta..¡Soy una mujer horrible!


En Salsipuedes, se puede llorar
como lloran las actrices a las 3 de la tarde
sobre el pilar de la galería, en la cama, en la cocina
o en la casa de Ada Falcón, donde sea
que te sorprenda el llanto lo podés soltar